En busca de la viralidad
Aquellos que nos dedicamos al marketing digital y desayunamos-comemos-cenamos contenido online, hablamos constantemente de la viralidad en internet, así como de su importancia en nuestros contenidos compartidos en las redes. Pero lo que todos nos preguntamos es, ¿cómo podemos conseguir que nuestros contenidos sean más virales?
Aunque no existe una fórmula exacta e inequívoca para conseguir que un contenido sea viral, lo cierto es que la mayor parte de lo que compartimos tiene una serie de características comunes que convierten ese vídeo, imagen o texto en algo atractivo y “compartible” para el gran público. Y conviene analizar ese “no sé qué” que muchas marcas y empresas buscan constantemente para quedarse en nuestras retinas. ¡Pasamos a ello!
En la mayoría de los casos, apelan a la emoción
Ya sea en forma de texto inspiracional, vídeo de gatito o imagen tierna, el contenido al que nos referimos intentará siempre llegarte a “la patata”. De hecho, numerosas marcas tratan (a veces en vano) de llegar al corazón de su target haciendo referencia a sus miedos, sueños y anhelos para, de este modo, traducir ese alcance en visitas y aumento de fans en sus comunidades. Un ejemplo de los últimos tiempos podría ser Dove, con su “Real Beauty Sketches”, en el que muchas mujeres reales se veían tal y como son.
Otra modalidad muy extendida sería la de los “challenges”. Vídeos protagonizados por gente “como tú y como yo” que llevan a cabo retos fáciles de realizar en casa y, en la mayoría de los casos, sin peligro para el protagonista. El deseo de formar parte de un movimiento y ser como ellos, es el que nos lleva a realizarlos. La mayoría no persiguen una finalidad (como el “Cinnamon Challenge”, por ejemplo), pero otros pretenden concienciar sobre un tema o conseguir un objetivo. Un claro ejemplo sería el “Ice Bucket Challenge” que llevó, incluso a gente archiconocida, a grabarse en vídeo y subirlo a internet en beneficio de las personas que padecen ELA.
No nacen con la intención de ser virales
A todos nos suena: lo que pasó en una boda después de que los novios hiciesen el brindis, una estrepitosa caída de un skate o una broma de una chica a su novio, son sólo algunos ejemplos. Contenidos que, en un primer momento, nacen con el fin de ser compartidos entre amigos, estos se lo envían a otros amigos, y de esa forma… llega hasta el último rincón de la tierra. Estas imágenes, vídeos, o incluso tweets son espontáneos y brillan por su naturalidad.
Acaban hasta en tu sopa
¿Cuántas veces tarareaste el Gangnam Style? ¿Te ha ocurrido lo mismo este verano con la salchipapa? Ritmos pegadizos que se te meten en la cabeza y no hay forma de sacarlos de ahí. ¿Quieres conocer cuál es el último de ellos? ¡Dale al play!
¡Así que ya sabes! No es sencillo, pero si deseas que tus contenidos se compartan y lleguen a convertirse en viral, será necesario que, al menos, compartan algunas de las características mencionadas arriba. Si no consigues que se viralice, al menos harás reír a unos cuantos de tus seguidores 😉